Dicen que algunos se equivocan por temor a equivocarse.

En mi caso ese mar de dudas me impele y mueve en continua búsqueda, convirtiendo cada proyecto en un nuevo horizonte, lejano... extraño.

 

De allí Piscis, símbolo de esa verdad profunda que se oculta y espera ser atrapada para surgir a la luz; que brilla en secreto pero que alimenta a quien lo descubre… como alegoría del flujo de la vida.

Es que la inspiración necesita soledad, infortunios, pasión; como la hierba desértica que requiere del viento áspero y el terreno duro.

 

Como dijera Antonio Berni, “el arte es una respuesta a la vida. Ser artista es emprender una manera riesgosa de vivir, es adoptar una de las mayores formas de libertad, es no hacer concesiones...”.